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Definimos el glaucoma como un conjunto de enfermedades que producen una disminución progresiva de la capa de fibras nerviosas del nervio óptico, la cual, secundariamente, produce una pérdida progresiva de la sensibilidad al contraste y una disminución del campo visual periférico. En la mayoría de los casos, esta enfermedad está relacionada con una presión intraocular (PIO) elevada, aunque también puede aparecer en el contexto de una PIO normal (glaucoma normotensivo).

Tipos de glaucoma

Dependiendo del ángulo iridocorneal (zona anatómica donde se produce el drenaje del humor acuoso):

  • Glaucoma de ángulo abierto: el ángulo es normal.
  • Glaucoma de ángulo cerrado: el ángulo es inferior al normal, por lo cual se produce un aumento a la resistencia del paso del humor acuoso a ese nivel.

Dependiendo de su origen:

  • Glaucoma primario: no se reconoce ninguna enfermedad asociada.
  • Glaucoma secundario: se reconoce una enfermedad asociada, como puede ser un glaucoma neovascular (enfermedad vascular como diabetes, trombosis venosas...), glaucoma inflamatorio, uveítico, pseudoexfoliativo.

Dependiendo del momento de aparición:

  • Glaucoma congénito: desde el nacimiento.
  • Glaucoma juvenil y glaucoma del adulto (el más frecuente).

¿Cuáles son los factores de riesgo?

La presión intraocular se considera el principal factor de riesgo en esta enfermedad, ya que en la mayoría de los pacientes que presentan esta enfermedad, la PIO está aumentada. Aun así, no es un factor determinante en todos los casos, ya que encontramos en la consulta habitual pacientes con tensiones elevadas sin daño glaucomatoso, a los que denominamos hipertensos oculares, y a pacientes con PIO dentro del rango de la normalidad con glaucoma, a los que denominamos glaucomatosos normotensivos.

Otros factores de riesgo conocidos son los siguientes: la miopía, los antecedentes familiares, la edad, el género femenino o la desregulación vascular

Estudio - Protocolo de Glaucoma

El glaucoma también es conocido como el ladrón silencioso de la visión, ya que produce una disminución del campo visual periférico de forma lenta, insidiosa y progresiva, de la que el paciente no es consciente hasta etapas muy avanzadas de la enfermedad. Por ello es muy importante realizar un estudio oftalmológico completo anual a partir de los 40 años, sobre todo si existe algún factor de riesgo.

El estudio completo o protocolo de glaucoma debe incluir una serie de pruebas para intentar descubrir indicios o estadios muy iniciales de la enfermedad, con el fin de intentar detenerla, o cuanto menos ralentizarla al máximo posible con los distintos tratamientos.

En este protocolo deben estar incluidas las siguientes pruebas:

  • Estudio oftalmológico completo, que incluye una buena anamnesis de antecedentes personales y familiares, alergias, enfermedades previas del paciente, tratamientos oculares y generales etc. También incluye:
  • Toma de presión intraocular: se realiza mediante el Tonómetro de Aplanación de Goldman. El rango de PIO normal se encuentra entre 11-21 mm de Hg (milímetros de mercurio).
  • Estudio biomicroscópico: se estudia la parte anterior del ojo para descartar la presencia de pseudoexfoliación, pigmento retro corneal, cataratas, sinequias u otras enfermedades que nos puedan sugerir la presencia de un glaucoma secundario. En este estudio se pone especial énfasis en el ángulo irido corneal con la realización de un estudio mediante gonioscopia, que clasifica el grado de apertura del ángulo en cuatro grados: el grado 4 es el más abierto y el grado 0 es cerrado completamente.
  • Estudio de fondo de ojo: es el estudio fundamental, ya que tenemos una observación directa del nervio óptico y son en éste, donde se observan los signos más significativos y casi patognomónicos del glaucoma: pondremos especial interés en describir el color, tamaño y forma, la excavación, la angulación vascular y la atrofia circundante.

Una vez realizado este estudio oftalmológico completo, se realiza una serie de estudios adicionales dirigidos a evaluar tanto la función como la estructura del nervio óptico.

  • Estudio mediante Topografía Pentacam, prueba con la que recopilamos la siguiente información:
  • Paquimetría corneal: grosor de la córnea, fundamental para corregir desviaciones de la toma de la presión intraocular debido a córneas extremadamente finas o gruesas.
  • Profundidad de la cámara anterior.
  • Medida objetiva del ángulo iridocorneal, que complementa los resultados obtenidos con la gonioscopia.
  • Campimetría. Es una de las pruebas gold standar en el estudio del glaucoma. Nos da información funcional acerca de cómo el paciente percibe la visión alrededor de un punto fijo de visión, por lo que describe de forma subjetiva cómo y cuánto vemos nuestro campo visual.
  • Tomografía de coherencia óptica del nervio óptico y de células ganglionares. Esta prueba de nueva generación nos permite analizar de forma sencilla y objetiva el grosor de la capa de fibras del nervio óptico y compararla con análisis del mismo paciente separados en el tiempo, así como con una base de datos del propio aparato, es decir, comparar los datos del paciente con los de otras personas de su edad y sexo para conocer dónde se encontraría su rango dentro de una serie normal (dentro de rango, límite o fuera de la normalidad). Nos da información estructural.
    El estudio de las células ganglionares incide en el análisis precoz de la enfermedad glaucomatosa, proporcionado información útil acerca de la probabilidad de que un daño estructural tenga su correspondencia en un daño funcional periférico, y ayudándonos así a tratar casos de glaucoma muy iniciales e incluso pre perimétricos.

“El arte del correcto manejo del glaucoma consiste en ordenar en importancia toda la serie de datos e información que poseemos y que en ocasiones son contradictorios, en otras, premonitorios y, en la mayor parte de las veces, suficientes a la hora de tomar decisiones en el tratamiento de esta enfermedad”.