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La córnea es un tejido altamente diferenciado para permitir la refracción y la transmisión de la luz. Es una lente cóncavo-convexa con una cara anterior, en contacto con la película lagrimal, y otra cara posterior, bañada por el humor acuoso. Estas relaciones permiten a la córnea carecer de vasos que la nutran, pues estos líquidos son los máximos responsables de mantener sus requerimientos fisiológicos. El grosor alcanza casi 1mm en la periferia y es algo mayor de 0,5mm en la zona central.

Las capas de la córnea son

Epitelio. Consta de 5-7 capas de células de epitelio escamoso estratificado fuertemente unidas entre sí y a la membrana basal que las sustenta mediante fibras de anclaje denominadas hemidesmosomas. Tiene la función de mantener la transparencia de la cornea y ser una barrera frente a los agentes externos, presentando una fuerte resistencia a la abrasión y una rápida capacidad de cicatrización.

Estroma. Es la parte más gruesa de la córnea (0,5mm), y está compuesto por fibras de colágeno ordenadas en láminas paralelas a la superficie. Todas las fibras tienen la misma dirección dentro de cada lámina, pero entre las láminas la dirección es oblicua. Esta distribución es la que hace que la córnea sea transparente.

Endotelio. Es una única capa de células hexagonales que tiene la función de deshidratar la córnea para mantener su transparencia. Las células endoteliales no se regeneran y se van perdiendo con la edad. Este envejecimiento puede darse de forma exagerada en distrofias y como consecuencia de enfermedad o cirugía ocular. En el adulto joven existen entre 3.000 y 3.500 células/mm2, estimándose como críticas la cifras entre 500 y 700 células/mm2. Cuando se alcanzan estos valores críticos, la córnea se llena de humor acuoso y pierde su transparencia.

Cicatrices corneales

La córnea es un tejido que debe ser transparente para permitir el paso de la luz a la retina. Hay muchas causas por las que la córnea puede perder su transparencia: infecciones congénitas o adquiridas, traumatismos o distrofias corneales.

Síntomas: dependiendo de la localización y de la densidad de la cicatriz pueden producir pérdida de visión en diferentes grados.

El diagnóstico se realiza mediante una exploración oftalmológica.

Córnea Guttata

Los pacientes con córnea guttata tienen menos células endoteliales de lo normal. Las células endoteliales tienen la función de deshidratar la córnea para mantener su transparencia, con lo que a estos pacientes la córnea se les va llenando paulatinamente de agua ocasionando un edema.

Los primeros síntomas aparecen por la mañana en forma de visión borrosa que va mejorando a lo largo del día. En estadios más evolucionados la visión borrosa se mantiene durante todo el día, como si hubiera niebla y halos alrededor de las luces. En estadio terminales puede aparecer dolor por la formación de bullas o ampollas que pueden romperse con el parpadeo.

El diagnóstico es clínico con la observación de la córnea. En estadio inciales se puede realizar un recuento de las células endoteliales.

El tratamiento es quirúrgico mediante la realización de un transplante de células endoteliales.

Queratalgía recidivante

¿Qué es?
Es una entidad que cursa con un dolor agudo punzante que suele aparecer al despertar por la mañana nada más abrir los ojos. El dolor cede a lo largo del día pero se repite a intervalos irregulares y sin causa aparente.

¿Por qué se produce?
Generalmente los pacientes cuentan un traumatismo previo con una uña, un folio o cualquier otro objeto afilado, lo que produjo una erosión en la córnea que cerró en falso, y cada vez que los párpados se pegan a la córnea (generalmente por la noche) al abrirlos, la herida se vuelve a abrir y empieza nuevamente el proceso. En otras ocasiones el paciente presenta una debilidad congénita en la unión de la “piel de la córnea”, llamada epitelio, por lo que se producen erosiones espontáneas sin trauma previo (Distrofia de membrana basal o Distrofia mapa-punto-huella).

¿Tiene cura?
Durante el episodio agudo de dolor, se puede tratar con medicación tópica o lente de contacto terapéutica. Como tratamiento definitivo está el láser (Queratectomía Fototerapéutica o PTK). Igual que cuando se tiene una herida en la piel que ha cerrado mal, hay que limpiarla y dejar que cierre nuevamente, con esta entidad pasa lo mismo. El láser pule la superficie de la córnea dejándola lisa, el epitelio al crecer crea nuevas adhesiones a la córnea, más fuertes, con lo que disminuye mucho la probabilidad de recidiva de la erosión.

¿Es doloroso el tratamiento?
En absoluto, mucho menos que los episodios de dolor agudo de ojo.

Queratitis

La Queratitis es una inflamación de la córnea. Las causas son múltiples:

  • Sequedad: generalmente produce queratitis superficiales que curan sin dejar secuelas. Se manifiesta por sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento y en casos más severos, pérdida de visión si afectan al eje visual. Mejoran con lubricantes aunque pueden ser recidivantes y en ocasiones requerir tratamientos más específicos (tapones lagrimales, suero autólogo, fórmulas magistrales, etc).
  • Infecciones víricas: la más frecuente es la queratitis por herpes simple que deja como secuela una cicatriz en la córnea y es una de las causas más frecuente de transplante de córnea en nuestro medio. Son recidivantes y el diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales.
  • Infecciones bacterianas, por hongos o amebas: más frecuentes en pacientes portadores de lentes de contacto o aquellos que han tenido un traumatismo o erosión previa. Son infecciones muy graves que requieren el uso de colirios antibióticos fortificados y suelen dejar cicatrices corneales que limitan mucho la visión.
  • Otras causas: Por exposición, en pacientes con cierre incompleto palpebral, por caústicos, actínica por exposición solar (típica de esquiadores o soldadores sin gafas), etc.

Queratitis

El queratocono es una alteración en las fibras de colágeno que componen el estroma (la parte más gruesa de la córnea) que son más débiles de lo normal con lo que la córnea se va deformando hacia adelante y adopta la forma de un cono en lugar de una esfera.

Los síntomas se manfiestan por un aumento del astigmatismo y una pérdida de visión progresiva. Ocurre generalmente en la adolescencia y progresa a lo largo de los años. Para mejorar la visión suelen ser necesarias lentes de contacto que no frenan la evolución del cono, es sólo un tratamiento óptico que proporciona mejor visión.

Se diagnostica mediante una Topografía.